Cada Tropiezo y Caída en La Vida, Te han Preparado Para Este Día
La mirada se me pierde cuándo comienzo a ver imágenes tomar forma en mi mente. Visiones casi palpables del pasado. Siento de nuevo la emoción y el dolor por el que pasaba en esos momentos. Los recuerdos emocionales son los que más toman vida en mis pensamientos.
Cuántas veces hubiera querido tener la experiencia que tengo hoy, para poder haber tomado mejores decisiones en la vida. Pero es al lado contrario. Tenía que enfrentar los obstáculos de la vida primero para obtener de ellos la sabiduría. Casi lo siento como un lamento, más hoy me doy cuenta que fui preparado por mi pasado para enfrentar los problemas de hoy de una manera sabia.
Queda en mi el haber experimentado cada situación difícil y haber aprendido de ellas.
Aprendiendo de Mis Fracasos
Recuerdo un día que desperté, después de una larga noche de bebida, metido dentro de un tubo abandonado a la orilla de las vías del tren. Saqué mi cabeza y sentí de inmediato un olor desagradable a desechos fecales, y saliendo sigilosamente al estilo Houdini para no pararme en nada que me arruinara el día, me di cuenta que no estaba solo. Tenia compañía.
Muchos indigentes a mi alrededor, unos sentados y otros medio dormidos, no se si todavía bebidos. Pero cada uno en un silencio profundo, como si esperando la salvación. A lo lejos vi que se acercaban dos personas, aceleradas en su caminar, traían un par de bolsas que sonaban a campanitas de navidad. Era el ruido de el vidrio de las botellas de licor que sonaba, como si trayendo felicidad.
De inmediato todos alzaron la vista, y con una sonrisa recibían la nueva compañía diciéndoles. “Caramba…porque se tardaron tanto.” “Solo fuimos y venimos,” contesto uno de ellos. Llego la hora de seguir la celebración.
Tambaleando me acerque y parecía como si la alegría había vuelto de nuevo a mi vida. Dos galones de licor y varias cervezas bien frias en medio del circulo, daban la bienvenida al invitado de honor…El Alcohol.
Entre charlas sin sentido y sonrisas sin razón, cada quien volvía a la vida. Pero mis pensamientos eran diferentes. Profundos. Meditaba en la actual situación. Habían transcurrido 2 años desde que visite el shelter (casa para refugio,) por primera vez. Era la mejor alternativa en medio de mi desesperación. Me di cuenta de que el mundo que se vive como indigente no tiene comparación.
Cada quien con diferentes anécdotas, la mayoría parecían ser de ciencia ficción. Les ponía atención a propósito, para no recordar mis historias que solo me traían añoranzas y dolor. Con la mente alcoholizada, comenzaba a recordar el pasado que solo me traían muchos sinsabores. Recuerdos de un matrimonio perdido, dos hijos abandonados y una vida entera de fracaso y decepción.
Y todo por culpa de quien… no me miraba a mi mismo…clavaba mi mirada en la botella de alcohol.
Si tan siquiera hubiera sido un hombre suficiente como para aceptar mi error, no hubiera llegado hasta el nivel en que me encontraba. Pidiendo a gritos silenciosos por redención.
Que barbaridad… Hasta donde es capaz de llegar el hombre en su insaciable hambre por satisfacer el deseo de la carne. Yo mismo habia acostumbrado a mi cuerpo a la dependencia, gradualmente deslisandome en las gradas de la destruccion.
Y aun en la situación deprimente que me encontraba, no parecía aceptar que yo había sido el autor de mi propia ruina. Lagrimas rodaban por mis sucias mejías, como si queriendo dar lástima, o buscando consuelo. Esto era en lo que se había convertido mi estilo de vida.
Despertar, emborracharme, dormir y repetir. Todos los días el mismo ciclo de vida.
Hasta que llego el día que vi a la muerte de frente. Desnutrido y desganado, me sentía como mareado. El sonido de la ambulancia me traía consuelo. Me llevaban a un mejor lugar, a curarme y cuidarme… El Hospital.
Ya las enfermeras me conocían por nombre. “Jeronimo…otra vez. Tienes que hacer algo por tu vida, tu corazón ya no resiste mas, el alcoholismo te va a matar.” Sin aliento de contestar, reposaba mi cabeza queriendo descansar. Me perdía en un sueño profundo a medio respirar.
Al día siguiente que abría mis ojos, me preguntaba que día era, o como había llegado allí. La enfermera que me atendía, sacudía su cabeza diciéndome… “creí que ya no ibas a despertar, tu corazón hacia sonar las alarmas en la computadora que algo andaba mal.” ” Como te sientes” me preguntaban…”Ready to go,” les contestaba sarcasticamente, haciendome el gracioso para llamar la atencion.
“Bueno,” me decían. “Esperamos no verte de vuelta el día de hoy.”
Reflexion…
Llego el día en que mi vida cambio, pero para eso, tuve que dar muchos tropezones y caídas. Salí todo golpeado y herido de esa vida deprimente de indigente, pero sin antes no haber recibido la mas grande lección de mi vida que me ha dado la sabiduría con la que vivo hoy.
Cada día que vivo, lo veo como un regalo de Dios. Solo El pudo haber sido capaz de darme el despertar de la pesadilla que me llevaba directo a un callejón sin salida…La Muerte.
Recuerda que vida solo hay una, y depende de ti como la vivas, para bien o para desperdicio. Es una lástima el saber que hay muchos que quisieran tener lo que poseemos… Un tesoro en nuestro interior, y es el de…. Libre Albedrío (El don de poder elegir lo que queremos ser y hacer con nuestra vida) y aún hací muchos decidimos desperdiciarla en vanidad y placer que se envejece o desaparece con el tiempo.
No malgastes mucho tu tiempo ni tu energía en las satisfacciones materiales o carnales que te da la vida, todas son pasajeras. Disfruta de lo bueno que te da la vida, tu familia, amigos y la salud en este día.
Edifica tu vida sabiamente desde la raíz, para que des buenos frutos (tus obras) y lindas flores (tus talentos.)
Compártelos con los que lo necesitan porque sabes una cosa…eres único en este mundo, y tu tienes algo que ofrecer que no tienen los demás… Tu personalidad.
Comparte tus Bendiciones con los demás…El mundo te lo agradecerá, con Alegría y Libertad.
¡GRACIAS POR LEER!
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