Cómo Descontinuar Alimentando la Astucia de Tus Adicciones

Aprendamos a Detectar el Auto-Sabotaje Mental

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En más de una ocasión, cuándo creía tener un plan bien trazado. Todo fríamente calculado. Me di cuenta que, como viendo una película en 3D, yo mismo arruinaba todos los planes que me proponía. Volvía a caer en las mismas Adicciones. En el mismo ciclo que me destruía.

Parecía que me mantenía atorado en el mismo escalón. Dos pasos hacia arriba, y tres para atrás. Que gran decepción me ocasionaba eso. Quería prosperar en alguna meta que me proponía, sólo para caer, cómo un sinverguenza, de nuevo de rodillas. Me culpaba a mí mismo de estropear todos mis planes.

Y la verdad que era una cosa seria y terrible. Habían muchas Adicciones que necesitaba desechar de mi vida. La peor era el alcoholismo, seguida por el cigarrillo. Como un matrimonio inseparable. Uno me arrastraba hacia el otro. Dos contra uno, tremendo lío.

Era yo, contra mi mismo. Una guerra en mi interior. Y para poder ganar la batalla, tuve que ponerme armas al hombro. Comencé a poner mucha atención, en cada resbalón que tenía, para poder aprender de él una lección. No quería cometer el mismo error.

El Resultado de mi Observación

Examinar detalladamente el lugar, los pensamientos y las emociones que tenía en el momento de vacilar, me hizo pensar en qué tanto nos pueden afectar en nuestras desiciones. Se desataba una cadena de ansiedades en mi interior. Cerraba todas las puertas de mi mente, ignoraba las consecuencias de lo que podría ocurrirme y cómo me sentiría después.

Empezaba a sabotear mis propios pensamientos. Por momentos me decía “Sólo una vez más” o también “Nadie se dará cuenta,” a la próxima me aguantaré un poco más. Todos ésos eran ingredientes que se cocinaban en la sopa de mi mente. Lo admito, no olían nada bien.

Era como una olla de presión. Tarde o temprano iba a ver una gran explosión. Entonces comprendí que sólo yo era el que podía tener el control de mis pensamientos. Tenía que detener y desechar todo lo que me quisiera hacer flaquear y cambiar de dirección, era un gran reto.Tenía que estar atento a todo pensamiento.

La Batalla de la Mente

Es en la mente donde se pelea la primera batalla. Si logras cancelar todo pensamiento seductor, es más posible que logres detener el resto que te causa confusión. El auto-sabotaje se encuentra escondido en tu interior. Y aunque no lo creas, trabaja aún cuando estás dormido, porque trabaja detrás del telón. No lo ves…pero lo presientes.

Y con sólo una chispa de pensamiento, se iniciaba una cadena de sabotajes en mi interior. Como la reacción del dominó. Muchas veces parecía que era yo el que invitaba a mi vida los efectos dañinos, inhibidores, y derrotistas del auto-sabotaje sin darme cuenta. Se convertía en patrones autodestructivos.

Con el tiempo comenzó a robarme la motivación, perdía mi autoestima y se llenaba de tristeza mí corazón. Hacía los intentos con miedo y temblor. Desconfiaba de mí mismo, porque sabía que en cualquier momento, yo mismo me daría una zancadilla.

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Como logré superarlo

Dirigí el enfoque hacia lo que más deseaba. Lograr la sobriedad y la recuperación del control de mi vida. Cada batalla que ganaba, era una celebración que hacía crecer mi autoestima. Debía crear mi propia motivación.

Me dije “Si soy capaz de lograrlo por un día, para el próximo, llevaré las experiencias del día anterior.” Tenía que volver a creer en mí mismo.

Comprendí que existía un enemigo en mí interior, el auto-sabotaje, que me hacía caer devuelta en la adicción. Difícil de detener, pero no imposible de controlar.

Que era en mis pensamientos que comenzaba la batalla. Pero que, yo tenía el control de lo que podía aceptar en mí interior. Tenía que ganar la batalla de la mente, sin vacilar, destruyendo todo pensamiento negativo que me impidiera tener mejor reflexión.

No había espacio para considerar dar un paso hacia atrás. Era vida o muerte. Y yo tenía el poder de escoger cambiar el resultado, si me proponía a toda costa mantener firme mi decisión. Cada paso que daba hacia adelante, me acercaba más a la meta.

Te doy un ejemplo que observé en mi vida

Cierto día, caminando, me encontré con un antiguo amigo con el que solía beber, y automáticamente lo asocié con el deseo y la reacción de la bebida (RECORDATORIO.)

Comenzamos a conversar. Pero, en mi subconsciente, sólo estaba esperando el momento en que se hablaría del tema de la bebida (RUTINA.)

Y en cuanto se habló de ese tema, comenzó el debate en mi mente, en que si podría o no volver a beber. Hasta que yo mismo me convencí y acepté una bebida (RECOMPENSA.)

Todas las veces que fallé, eran de una forma parecida. El ciclo del mal hábito había enganchado mí vida. Entonces, vuelvo a lo mismo. En cuanto detengas el pensamiento desde su salida, removerás el recordatorio de tu mente. Evitarás caer en la rutina destructiva, y jamás llegarás a a ver la recompensa que tanto te castiga. Esa fue la clave para romper el ciclo del mal hábito en mi vida.

Me tomó tiempo entrenarme para enfrentarme a mí mismo y ganar la batalla. Son desiciones que se deben tomar a diario. A cada hora, minuto, y segundo del enfrentamiento entre el auto-sabotaje, los malos hábitos, y yo.

Deseo que mis experiencias te ayuden en algo. A conocerte mejor. A reforzar tus lados débiles, y que seas tú quien tenga el control.

Que muchas veces no es lo exterior lo que nos lleva a vivir mal…sino lo que sale de nuestro interior.

“Cambia tu forma de pensar, y transformarás tu forma de vivir.”

-Carlos Jerónimo
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